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jueves, 15 de abril de 2010

Práctica: Análisis pragmático de una instalación

“Book Cell”, instalación de Matej Kren.

(Libro de células)
Al mirar detalladamente lo que antes era un color amasado de lejos y hasta cierto punto uniforme, ahora se torna una multiplicidad de matices y colores. El material que en un principio abigarrado parecía una masa sólida, de cerca nos deja apreciar su cualidad endeble construida por la sobreposición de cientos de tabiques de papel y cartón. Lo que antes parecía ante el efecto de la luz natural una construcción dentro de otra construcción (la galería), y en resultado, por su forma arquitectónica lo es, ahora al apreciarlo detenidamente podemos observar el peso específico de cada uno de los objetos que la conforman. Un sentimiento de nostalgia y a la vez el de estar en un lugar conocido, corresponden al efecto visual del color, la forma y la textura.

Instalación hexagonal de aproximadamente 3 ½ metros de altura y 2 de cada lado con una abertura de entrada y otra de salida. Construida por cientos de pequeños tabiques rectangulares y aplanados que sobrepuestos unos en otros hacen una estructura hexagonal prismática; no hay un predominio en el pigmento pero destacan a lo lejos destellos blancos, así como colores pardos rojos, cobre y arena. La posición de la estructura es central con respecto donde esta colocada y su iluminación exterior es de luz natural que entra por las grandes ventanas superiores de la galería y la luz interior es blanca artificial y global. Dentro consta de una pasarela de color blanco y a sus lados inferiores consta de espejos, al igual que a los lados de la lámpara en el techo. De cerca y sobre todo por dentro de la estructura se observan multiplicidad de colores que de lejos no eran visibles, colores vivos y llamativos, amarillos, azules, rojos, que no forman conjuntos sino que coexisten separados. Podríamos utilizar el tacto como recurso en este primer acercamiento totalmente empírico (hasta ahora), fuera del reconocimiento de las formas, y buscar un tipo de sensación, donde se podrían sentir dos tipos de texturas: empastes duros o suaves, rugosos o lisos; quizás también el olfato nos sea útil, para sentir la humedad, el polvo y el olor ha guardado.
Atendiendo a los significados la estructura de la que antes hablamos ahora la reconocemos como la representación de una casa que nos remite necesariamente a la ocupación de un espacio. Pero el resultado producido por la invitación que proyecta de “entrar”, nos permite reconocer no sólo, su estructura externa sino su composición interna y a su vez la de “metafóricamente” su estructura infinitesimal a base de libros, efecto que es producido mediante espejos.
Sabemos por experiencia que un sinónimo de casa es habitación, que proviene de la acción habitar o incluso vivir “en”; y que por su parte, libro remite al significado de obra impresa en hojas de papel y que poseen una cubierta. Ahora bien, podríamos buscar un significado un poco más allá, que nos permita, en este nivel de reconocimiento de las formas, un conocimiento no dado empíricamente, y para esto podríamos utilizar ciertas metáforas como: “casa de la cultura” o “Lectura universal” o “Espacio de reflexión” o “Babel del conocimiento”. Estas metáforas podrían aclarar que esta instalación no sólo pretende escenificar una construcción sino que busca proyectarse en otro lenguaje. A pesar de formar parte de una construcción, y con esto me refiero a un todo, cada libro es una idea (un constructo), por sí mismos representan algo más allá de ser libros, y sin poder leerse en la instalación más que los títulos: el trabajo de toda una vida, el de toda una editorial, el de un pensamiento encarnado.

Podríamos decir que el motivo de libro representa al conocimiento. Metáfora dónde el libro puede evocar la presencia-ausencia de los recuerdos del hombre que se plasman en palabras y evocan cosas o hechos inexistentes. El libro en la instalación toma el significado no del hecho de ser la base y la cuestión material para la forma de la casa, sino de ser libro, de ser libro y permitir quizás la construcción espiritual del sujeto que se actualiza al entrar en la casa, al reconocer y al leer el título. Lo interesante de la instalación y lo que nos conectará con una interpretación pragmática, es que ésta sólo se completa cuando el espectador penetra en ella ya que los lomos de los libros se encuentran de tal manera que sólo puedan ser leídos desde dentro de la construcción.
En el caso anterior la instalación surge cuando el espectador entra en contacto con la obra, cuando esta se vuelve experiencia. Podríamos preguntarnos ¿Cuántas posibilidades pragmáticas de construcción surgirían con los mismos materiales? Y cabría responder que tal vez menos, que aquellas que cada sujeto posee. Por lo pronto, debemos tomar en cuenta cada vivencia, cada dinámica y cada movimiento. Finalidad de la obra que busca ser devuelta al llevarse a cabo el acto de leer y restituir a los libros el valor de antaño, el de ser leídos. Pero también, ver en la obra un más allá de la significación y encontrar la intención del artista, la de “reunir las ediciones de la Fundación Calouste Gulbenkian de los últimos 50 años y reforzar la naturaleza específica del sitio de la obra con la incorporación de una de las vetas más preciosas en la historia de la intervención cultural de esta institución”. ¿Producirá el efecto deseado la obra en el espectador?

Tomando como premisa que “signo es todo objeto que de alguna manera remite a otro objeto” y que el espectador es quien actualiza el momento cumbre de la instalación, quizás podamos entrever una invitación a la preservación de textos o al fomento a la lectura, y aquí quiero hacer alusión a Morris y a su teoría conductista. Por último, y en virtud de que sé, no puede haber sólo una interpretación pragmática, sino múltiples como son los espectadores, hago mención de la forma “casa” de la instalación, para evidenciar a todos, que la casa puede jugar también el papel de extensión del cuerpo humano, es decir, cómo “la prolongación de mecanismos de autorregulación, como una piel o abrigos colectivos”.

En este nivel de percepción, existe un término utilizado al recorrer la instalación, que se hace presente en la vivencia misma del espectador, el término “habitar”, que surge como la intención del autor hacia el espectador y también como una actualización del proceso de presenciar por parte del espectador.



P.A.C.M

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