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martes, 12 de agosto de 2008

La Gratitud

Siempre es común empezar con la definición del objeto a seguir, la propuesta es la siguiente, empecemos a definir la gratitud por lo que no es y no por lo que es; para que así podamos tener una concepción más amplia.

La ingratitud o el desagradecimiento, señala el diccionario es la falta de reconocimiento de los favores recibidos ¿Y que significa esto? En la vida dependemos no solamente de nosotros si no también lo hacemos de los otros, el ingrato disfraza pues sus halagos, su soberbia y su narcisismo pensando que todo lo que los demás hacen por él, es por que se lo merece. Ignorante de su estado, se sume en la más profunda de las equivocaciones. Cicerón decía que: “La gratitud no sólo es la más grande de las virtudes, sino que engendra las demás”. He aquí el gran pecado del ingrato, por su condición no puede llegar a la aspiración de las demás virtudes, por lo que yerra su rumbo, cometiendo toda clase de vicios. Los ingratos son resentidos, son soberbios y aduladores, son falsos. Como puede uno mentirse tanto creyendo que lo que sucede, es a causa de los favores de los astros, o por la benevolencia de un Dios, o por su estatus jerárquico. El ingrato hace suya la frase de La Rochefocauld, que la gratitud en la mayoría de los hombres, refleja la secreta esperanza de obtener favores ¿Será esto verdad? ¿Será que la gratitud es una falsa modestia? ¿Pero cómo? ¿A caso Cicerón estaba equivocado?

No, no lo estaba y entra en juego la eterna discusión del Dios creador del bien, de la luz, pero no del mal y la oscuridad. La ingratitud es ausencia de gratitud, como el mal lo es del bien. Así como para Cicerón la gratitud es madre de todas las virtudes, “la ingratitud es madre de todos los vicios: de la deslealtad, de la indiscreción, de la envidia, del oportunismo, del arribismo”. Para el ingrato como un resentido, lleno de odio hacia todos, cualquier acto de generosidad no será valorado como tal; todo lo que le es dado, cree es por que se lo ha merecido y nunca puede sentirse en deuda con nadie, para el ingrato estar en deuda con alguien supone una inferioridad y una humillación. El ingrato aspira a llegar más alto en la cadena de favores en la que él es el primer eslabón, dueño y señor de su entorno, altivo y soberbio. Como dice Swift: El gusto por la adulación se debe, en mayoría de los hombres, a la pobre opinión que tienen de si mismos, y así sucede con los ingratos dependen tanto de si mismos que ignoran a los demás. El ingrato como soberbio ve en los favores de los demás una obligación hacia su persona, como buen soberbio el ingrato no tiene responsabilidad alguna de sus posibles errores. El soberbio como adulador es un trepador, nunca dudara en lo que sus palabras expresen, simplemente el adulador busca recompensa de sus actos y cuando la víctima es cuestión primero es halaga luego cuando se ha alcanzado el objetivo recibe una puñalada por la espalda.

Pero los ingratos solo logran su objetivo de manera superficial, pues en la virtud, como en el arte se consagra constantemente a lo que es difícil hacer, y cuanto más dura es la tarea, más brillante será el éxito; y así como el ingrato todo lo consigue fácil del mismo modo lo pierde. El ingrato es olvidado, y como dice Tito Maccio Plauto, el que muere por amor a la virtud no perece.
He aquí, pues el camino hacia la gratitud como madre de todas las virtudes:

“De ahí que se necesite una buena dosis de humildad y de generosidad para ser grato, además de buena educación (es de bien nacido ser agradecido). El reconocimiento de que nadie se basta y se sobra a si mismo, que necesitamos a los demás y los demás a nosotros. La ausencia de gratitud es, como señalaba Gordon Hinckley, la marca de una mente estrecha y maleducada. Expresa falta de conocimiento y la ignorancia que otorga la ilusión de autosuficiencia. La ingratitud es a si misma la expresión más sofisticada del egotismo y al mismo tiempo de la mezquindad.
En cambio cuando hay gratitud, hay reconocimiento, cortesía y preocupación por lo derechos de los otros. Sin apreciar estas cosas, sólo prevalece la arrogancia, la estupidez y el mal”.(Fong Robles, Silvia).

Ya definimos pues, lo que es la ingratitud es hora de hacerlo con la gratitud, que es el agradecimiento de un favor o beneficio que se nos ha hecho. Pero no podemos quedarnos con esta visión tan corta, y como hemos visto de la ingratitud se derivan todos los vicios, pues tal es el papel de la gratitud como rector deque se pueden alcanzar las demás virtudes.

Es tal la limitante de la definición, que la gratitud no es simplemente dar las gracias, la gratitud implica un reconocimiento interno, de cómo uno ve en los otros a un semejante.

Razón, valor, lealtad y gratitud es lo que nos hace mejores seres humanos.