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viernes, 30 de mayo de 2008

Reseña: PRIMER


entro y salgo dando el mismo paso, de la misma puerta.

asi puedo entender este filme independiente, pues con una trama complicadísima y una estructura basada en un diagrama matemático y experimental, nos acosa incesantemente durante el transcurso de la narrativa a-temporal y de líneas del tiempo paralela.
esta crea paradojas y elipses, intentando estblecer un nivel de interpretación del tiempo confuso y un tanto oscuro, plantea la idea del deseo de romper la linealidad temporal y crear o por error provocar una cadena de sucesos predestinados a suceder de manera espiral, con un viaje no en el tiempo sino en planos paralelos del tiempo.

los viajes sucedidos los entiendo desde una lógica espiral y perpetua, en la que el solo hecho de desear el viaje cambia el futuro y lleva a la dimensión paralela del tiempo, desfasada.

...creo que la película esta sujeta a una idea parecida a la postulada en TERTIUM ORGANUM*, puesto que para que el personaje viaje en el tiempo, su doble (o su él de otra dimensión adelantada) debió haber empezado el viaje ya.
en el momento en el que él (Aaron) enciende la máquina, el doble del futuro ya la encendió, ya se aisló del mundo, y ya entro a ella, para que en ese momento que se enciende, pueda salir. pero el doble no esta en su "dimensión" sino enuna dimensión del pasado.

"un momento que correspondió a algún acontecimiento ya pasado, no desapareció sino que existe . el lugar de este acontecimiento en un universo tetradimensional lo define cierto punto, y este punto existió, existe y continuará existiendo" TERTIUM ORGANUM

Aportación de eugenio e


*Ouspensky,P.D. TERTIUM ORGANUM . El tercer canon del pensamiento. 5 edición.Editorial KIER. Argentina, 1997.

Recomendación: De lo mejor del cine independiente (2004)



TÍTULO: Primer
FECHA DE ESTRENO EN EE.UU: 08 - 10 - 2004
PRODUCTORA: ThinkFilm
DURACIÓN: 78 min
DIRECTOR: Shane Carruth
REPARTO: David Sullivan, Shane Carruth, Carrie Crawford, Casey Gooden, Anand Upadhyaya, Brandon Blagg, Keith Bradshaw, Jay Butler, Chip Carruth, John Carruth, Jon Cook, Eric de Soualhat, David Joyner, Jack Pyland, Samantha Thomson, Ashok Upadhyaya
GÉNERO: Ciencia Ficción

Sinopsis de Primer
Cuatro inventores amateurs se sorprenden con el éxito de su último descubrimiento, un aparato extremadamente poderoso que puede cambiar el futuro del planeta para siempre.

Sofisma??


“Ensayo Sobre el amor”

Todos alguna vez hemos tenido un sentimiento de amor hacia otras personas, tipos de amor de una gradualidad diferente, amamos más o amamos menos, pero siempre coincidimos en un punto común, amamos. Pero, ¿qué es el amor? Tarea difícil es su explicación y no menos cuando su definición, sólo establece una relación sentimental afectiva que el hombre experimenta hacia otra persona, aun y cuando sólo se puede amar quien se ama así mismo: de esta manera se relativiza su definición. Su significado tan diverso puede dar origen que ese sentimiento tenga múltiples transformaciones que pueda ser tan extremista o tan pasivo: un amor furioso, triste, animoso, alegre, ansioso y muchos otros. Pero, el problema real radica, no en que es el amor, sino en creer que todos por haber amado sabemos su significado. Ahora resulta que todos somos expertos en esta materia. La palabra amor por lo tanto resulta la palabra más prostituida de nuestra lengua, su significado se puede utilizar tanto para expresar el sentimiento más sublime como para uno material. Así, que aquío no partiremos de una definición tal y tampoco haremos el intento por conseguirla, solo se expondrá un punto de vista personal complementada por otras teorías ya expuestas.
Un campo realmente virgen en la filosofía es el tema del amor, en sus otros campos ya todo parece estar definido y sólo se busca perfeccionar algunos aspectos; en materia del amor se nos presentan teorías religiosas que buscan la enseñanza del amor hacia el prójimo. Pero carecen de una “psicología verdadera”. El hombre se vuelve egoísta por su naturaleza, “sentimos a los demás pero no los sabemos” (J. Ortega y Gasset, Estudios sobre el amor, 1997), pero hay algo mayor que es el amor por la persona del sexo opuesto (el único contrario a la naturaleza humana, en que el hombre renuncia así mismo, a diferencia del amor paternal y fraternal que es el amor en convivencia y el único que se puede llamar moral), por ese amor al que incluso le sacrificamos nuestra vida, el que compete a este escrito; ese amor que se esconde que se oculta, ese amor que se satisface del regocijo de tan sólo amar aunque no sea correspondido o no quiera serlo: “También tienen un poderoso encanto esos estados de ánimo oscuros e indefinidos”(S. Kierkegaard, Diario de un seductor, 2005.)
Partamos pues, de esta definición personal, “el odio es el sentimiento más noble que existe”, no es el mejor pero si el más noble, el amor pide para dar, el odio da sin recibir, ya lo decía San Agustín primero reclamando un amor antes de concebir el más grande: “Y ¿qué era lo que más me deleitaba sino amar y ser amado?” (San Agustín, Confesiones, 1995.), pidiendo y condicionando, ganándose el odio de si mismo más adelante en su vida, odio que lo llevó amarse para concebir un amor más grande. Sólo se puede saber que es el amor por contraposición de lo que no es, como también sólo se puede conocer la paz si hay guerras. Sin guerras, existiría una paz eterna y el valor de la paz, se reduciría a un conocimiento innecesariamente expresable, es decir, que su propio significado existiría en todas las cosas siendo innecesaria su propia evocación, el aire de la paz se respiraría a diario. Es así, que el significado del amor carece de sentido, pues, desde un punto de vista externo al objeto, sólo nombramos lo que no conocemos (ante la imposibilidad del objeto en si): “No sólo miente el que habla en contra de lo que no sabe, sino, sobre todo, el que lo hace en contra de lo que no conoce” (Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, 2003). Un ejemplo podría ser la experiencia religiosa de Dios: en la religión el que conoce o tiene experiencia de Dios en si, carece de palabras para expresar lo incognoscible o para manifestar lo inexpresable, demostrando a sí un conocimiento interno; por otro lado el que dice conocer a Dios curiosamente trata de describir, lo que en principio es incognoscible, por medio de palabras que no comprende.
Lo que se puede contar se desdibuja de su contenido real, el amor se transfigura de un sentimiento noble a palabras vacías, quizá por eso la demostración físico-afectiva sea la más prudente demostración de amor y el beso de despedida sea el más sincero de todos. Extendiendo un poco esta idea, se hace alusión al amor carnal como el único que sabe el fin de su cometido, la satisfacción al amor propio:
“Me dicen que sólo estoy enamorado de si mismo. Y eso es cierto, pero tan sólo porque te amo a ti; al amarte sólo a ti debo amar cuanto te pertenece y, en consecuencia, debo amarme a mí mismo. Si no me amase más a mí, no te podría amar más a ti” (S. Kierkegaard, Diario de un seductor, 2005).
Al principio de todo el amor debe existir un amor hacia nosotros mismos, por lo tanto, mucho depende de cómo seamos nosotros para dar amor: “Según se es así se ama. Por esta razón, podemos hallar en el amor el síntoma más decisivo de lo que una persona es” (J. Ortega y Gasset, Estudios sobre el amor, 1997). Dicho de otro modo, aquel que se ama demasiado así mismo termina amando en los demás el objeto de su propio deseo.
Así, el amor queda como la mayor demostración egoísta de afecto externo, pero el hombre en definitiva no puede ser egoísta en si mismo, al contrario él se hace pleno en su egoísmo. El acto egoísta se hace noble cuando se tiene conciencia de los propios actos, el amor se esconde de quien busca definirlo, pues el que ama lo hace sin saberlo y sin poder definir ese sentimiento. El egoísta busca definir sus sentimientos, busca razones que le indiquen el por qué, de su amor, trata de encontrar explicaciones para ignorar que puede amar sin saber las razones. Su pecado radica no en la conciencia, sino en la presunción de poder alcanzar dicho resultado. El hombre solo se ama a si mismo ¿Pero, podemos negar la experiencia del amor hacia el otro? En principio el amor es indefinible, solo se puede tener inconciencia de que se ama; la conciencia trasciende cuando el hombre se da cuenta que a quien se ama es así mismo. Pasando de un amor indefinible al definido, al egoísmo de saberse el único amor que existe: “Como el lobo ama al cordero, El amante ama al amado” ( Platón, Diálogos, 2001). El paso siguiente que persigue el amor, es el de no bastarse por si mismo, hasta llegar a su propio odio y a la afirmación de que el amor no se puede alcanzar. El odio entonces vendrá como el redentor de los odios acumulables en cada persona; el que se odia así mismo ama a los demás, en que renuncia a pedir, se permite a dar. La concepción de aceptar el amor como inalcanzable e indefinible, permite la definición de su idea contraria: “el odio”, nadie se odia bastante como para amarse así mismo, será entonces el punto central de la evolución del amor verdadero.
El hombre se da cuenta de que se ama así mismo, que su amor decrece ante los demás, que su amor propio le hace racionalizar su amor, le permite hacer definible el amor; pero, ante la inseguridad de un amor desconocido, de un amor no experimentado, titubea en la seguridad que da lo definible. El amor se le presenta como extraño, hasta el odio de si mismo:

Mi alma me mostró que el amor se enorgullece no sólo del ser que ama sino también del amado.
Antes que mi alma me hablara, en mi corazón el amor era como una delgada cuerda ajustada entre dos clavijas.
Pero ahora el amor se ha transformado en un halo cuyo comienzo es su final y cuyo final es su comienzo. Rodea a todos los seres y se difunde lentamente hasta abrazar todo lo que existe. (Jorge Pech Casanova, El gran tesoro de Khalil Gibrán, 1990)

El odio pone en duda el amor propio, para exaltarlo, para mostrar las carencias de una definición del amor basado en si mismo. El amor en si mismo es indefinible y cualquier intento de definirlo relativiza su valor. El amor solo se visualiza por la contraposición de lo que no lo es, a saber, el odio. El amor existe y nos damos cuenta de ello, por que dejamos de pedir para dar, dejamos de recibir para otorgar. Y lo que parecía, que destruye al amor lo fortalece, y se pone de manifiesto al odio como el sentimiento más noble que existe. No el mejor pero si el más noble. El acto conciente del egoísmo se transforma en amor, por odio de amarse así mismo.
De amor podemos hablar mucho, para amar debemos hablar menos, en el afecto y no en las palabras radica el verdadero significado del amor. Pero no todos nacemos para amar y no todos podemos ser amados. El amor se presenta, pues, desde un contexto más accesible, desde la imposibilidad de su significado, vivimos su conocimiento.
El amor que se presenta de súbito, el sentimiento de lejanía del alma hasta la contemplación, de un egoísmo que pide ser revindicado, que ansía amar, sin ser amado, se hace posible mediante la muerte del amor para su renacimiento, el amor a la persona amada sacrificando el propio:

Para hablar del amor, purifiqué mis labios en el fuego sagrado. Mas, cuando abrí mis labios para hablar, estaba mudo.
Cantaba al amor antes de conocerlo. Y cuando lo conocí, las palabras se transformaron en mi boca en un hálito frágil, y las melodías de mí corazón, en una quietud profunda.
Cuando los hombres me interrogan acerca de los misterios y milagros del amor, yo respondía y los convencía de mi conocimiento. Más ahora que el amor me ha envuelto con su manto, soy yo quien pregunta acerca de sus caminos y características. ¿Habrá entre ellos quien me responda? (Jorge Pech Casanova, El gran Tesoro de Khalil Gibran, 1990).

El amor se vive y se contempla desde sí mismo, no se agota en definiciones, y crece en la manifestación diaria de afecto. Las palabras son escasas para definir que es al amor, y ante tal dificultan sólo queda experimentarlo.

Nov.2006


Bibliografía

-Ortega y Gasset, José
1997, Estudios sobre el amor. Editorial Óptima. España.
-Kierkegaard, Sören
2005, Diario de un seductor. Grupo editorial Tomo. México.
-San Agustín
1995, Confesiones. Editorial Porrúa. México.
-Nietzsche, Friedrich
2003, Así habló Zaratustra. Edimat libros. España.
-Platón
2001, Diálogos. Editorial Porrúa. México.
-Pech Casanova, Jorge
1990, El gran tesoro de Khalil Gibrán. Editorial Dante. México.