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lunes, 12 de abril de 2010

Análisis semiótico basado en "El secreto" de Paolo Fabri*

El secreto: lo que se muestra y se oculta.

Poseer información y saber dosificarla  de eso se trata la comunicación (La "verdad" cuando llega de golpe aturde), dando pequeñas mentiras que acompañen lo que "es", cubriendo con una fina capa, haciéndola parecer lo que "no es", como si el conocimiento de la realidad fuese un secreto de algunos, de muy pocos: Yo te digo lo que te quiero decir y tú oyes lo que quieres oír.

Negamos o aceptamos muy fácilmente la verdad. Pero lo que es VERDAD y se manifiesta como tal, nunca es bien es aceptado, dudamos de ello, de la facilidad en que la obtenemos; por otra parte solemos aceptar aquello que nos llega sin mediación alguna. ¿Cómo entonces llegar a la verdad? Parece ser que ésta se encuentra en todos lados, oculta detrás de una mentira ("lo que no es"); o en apariencia: de su ser a lo que "parece no ser" (secreto), pero, también cabe la indiferencia de aquel que acepta "lo que no es y no parece ser".

El que sabe, el que ignora…

Todo gira en una verdad común, pero muy pocos conocen el secreto detrás de ella, todos creemos conocer la realidad, pero muy pocos saben manejarla. El que sabe se mueve ocultando algo, esconde su ignorancia reconociéndola, presto a no caer en su propio juego: simula que no sabe nada. El que ignora, cree conocerlo y saberlo todo, mostrando todo lo que sabe, presto a reconocerse a sí mismo poseedor de la verdad. Uno y otro juegan al juego de quien lo dice todo y quien lo calla todo: el silencio entre ellos se vuelve una gran arma de prepotencia. Uno pregunta por querer saber y el otro porque espera reconocer la ignorancia en el otro. También sus silencios son importantes, pero el silencio de uno esconde más que el silencio del otro, uno guarda para sí y el otro calla para los demás.

Uno y otro descubren algo, pero los dos guardan en secreto sus pensamientos, sus intenciones; el que sabe se mueve en el mismo nivel del que ignora, cree haber descubierto el origen de las cosas, parte del escepticismo para llegar a la verdad, niega la posibilidad del conocimiento de ciertas cosas. El que ignora lo acepta todo, parte de la incredulidad de sus sentidos y en su plena confianza de la razón.

Del significado de las palabras a los objetos (reales) en sí mismos…

El secreto es parte de la comunicación implícita de las cosas, desde aquello que manifiesto o desde aquello que dejo de decir, hablo del mismo objeto de la verdad pero haciéndola parecer otra cosa. A diferencia de la mentira el secreto nos lleva a buscar a descubrir. La mentira hace de las cosas su negación intrínseca, no son sino lo que decimos que son. El secreto dice, no que algo no sea, sino que en apariencia pueden no ser. La mentira suprime la verdad, el secreto la deja entrever, la muestra sabiendo que es mejor ocultar las cosas a la vista de todos. El secreto se mueve dentro de la verdad, la mentira se mueve desde fuera.

El secreto me habla de los objetos y de la multiplicidad de sus significados, de los que desconozco, de los nuevos, de lo que ignoro, de sus estados cambiantes. La mentira me dice la impermanencia de los objetos, me muestra lo que no es. El estatus de la mentira no es cambiante es siempre la misma, si cambia me doy cuenta de que no es lo que dice ser; la mentira no hace del significado su objeto, no se acerca al objeto, lo asemeja, pero lo retuerce. El secreto se mueve con fluidez dentro del lenguaje, entra en el juego y en el intercambio de la comunicación, comunica por su puesto, codifica; la mentira no comunica y cuando se comunica se vuelve secreto.

El juego de la verdad… retórica del secreto

Todos queremos comunicar en gran medida la verdad, pero tan bien comunicamos sensaciones y por lo tanto usamos las palabras para persuadir. No buscamos el origen sino su utilidad en la comunicación y la forma en que la verdad se disfraza.

La verdad se oculto de nosotros, detrás de las palabras; ya no importa tanto su origen, pero si su utilidad. El secreto se manifiesta como el único poseedor de la verdad, pero no del origen, ese ya lo hemos perdido. El secreto se vuelve el arma “secreta” el “arma absoluta” a través de ella se mueven todos, decimos lo que queremos decir, pero no todo, decimos lo que es pero no su parecer. Todo se resume a disimular.

La verdad, en tanto, no busca ser descubierta, busca ser reconocida, y el secreto se vuelve un medio confiable para transportarla, no quiere perderla, la oculta y se comparte, con otros pocos, una señal basta para ser percibida e ignorada por los demás. Compartir con todos el secreto, sería perder la verdad como esencia, sólo en secreto la verdad existe, cuando se muestra se oculta ante nuestros ojos y nace la incredulidad. Por eso intentamos ese juego y buscamos en todo algo oculto, nada de lo que se nos muestre puede ser verdad, la verdad oculta algo y es a ella misma. En el secreto pues, perdura la verdad.



Ser”/ “Parecer”

Antinomias

“Ser” / “No ser”

“Parecer” / “No parecer”



¿Qué es algo que es y parece lo que es? LA VERDAD ser/parecer

¿Qué es algo que es y no parece ser? EL SECRETO ser/no parecer

¿Qué es algo que parece pero no es? LA MENTIRA parece/no ser

¿Qué es algo que no es y no parece? LA INDIFERENCIA no ser/no parecer



Niega el parecer y obtendrás el secreto


Niega el ser y obtendrás la mentira



El enigma, es una Forma de darse la verdad


  • Lo que ha sido creído por todos siempre y en todas partes, tiene todas las posibilidades de ser falso. Paul Ambroise Valéry (1871-1945) Escritor francés.


ANÁLISIS
Desnudo bajo la arena, Juan Carlos Rivas Fraile



Verdad: Es el cuerpo femenino cubierto por la arena.

La arena no oculta la desnudez femenina, la hace resaltar por encima de ella, sus pechos y el sexo son los referentes inmediatos. Muestra el cuerpo pero sabemos que oculta algo.

Secreto: Es el cuerpo femenino hecho arena.

Es la arena que toma forma de mujer, es arena mojada hecha escultura. No sabemos si es el desierto o es el mar, si el cuerpo que yace ahí es el cuerpo de quien se ahogo o de una caminante fatigada en el desierto.

Mentira: Es la arena hecho cuerpo femenino.

Es un concurso de escultura a la orilla del mar, las olas han borrado el rostro.

Indiferencia: Es el infinito.
El sentido de la inmensidad o pequeñez de los granos de arena.


*Paolo Fabri. Tácticas de los signos. Editorial Gedisa. Barcelona. 1995

Tema: El secreto. Páginas 15-20


P.A.C.M

Notas de clase: Introducción a la teoría del arte

Planteamiento de la problemática
  1. La filosofía busca el qué y el porqué de las cosas: en algún momento se pregunta de lo bello, así como también se pregunta por el arte; su por qué, el de manifestarse como el hacer del hombre, el de su libertad y su creatividad para desarrollar o transformar los objetos como salidos de la nada, esos objetos o cosas que a su vez remiten a los espectadores a nuevos significados.
  2. Pero la pregunta del por qué, remite originariamente al problema del conocimiento. La epistemología o teoría del conocimiento busca responder a las preguntas de ¿cómo es posible el conocimiento? ¿Sobre que bases? ¿Sobre que supuestos supremos descansa? Tal como su nombre lo indica, la teoría del conocimiento es una explicación o una interpretación especulativa del conocimiento humano.
  3. Pero a todo esto la pregunta originaría del conocimiento, el por qué, se reduce a una sola pregunta: “¿Por qué es el ente (el ser) y no más bien la nada?”… “la interrogación busca el fundamento del ente, en tanto es…la cosa” "lo existente” (Heidegger). Es necesario por lo tanto interrogarse acerca de lo primero, de todo lo existente: “ninguna pregunta y por consiguiente ningún problema se comprende a sí mismo, si no comprende la pregunta de todas las preguntas, es decir si no hace la pregunta".
  4. Ahora abordemos la pregunta ¿Qué es el arte? ¿Qué es y como es la obra de arte? Entendiéndola como una pregunta más amplia que no solo se cuestiona el problema ya de por sí difícil que es la estética. Pero estas preguntas nos llevan a otras, hasta preguntarnos por el origen de la obra de arte, y origen significa aquí, para Heidegger, aquello de donde una cosa procede y por cuyo medio es lo que es y como es: que es algo, que es esencia. Siendo el origen de algo la fuente de su esencia. Las obras son existentes como cosas, pero ¿Qué es lo cósico que hay en la obra de arte? ¿Qué es entonces, en verdad, la cosa, en tanto que es una cosa? ¿El cuadro esta en el color? ¿Qué es aquello que la obra de arte representa? ¿Un ser que es, existencia presente, pero que no es nada, que solo representa.
  5. Habrá entonces que experimentar lo cósico de la cosa para comprenderlo. Para ello debemos conocer el ámbito a que pertenece todo ente al que ponemos nombre de cosa.
  6. Sin embargo, nos dice Heidegger: "Toda ontología es fenomenología, porque no hay nada tras el fenómeno, y si hay que descubrirlo es porque este siempre, se oculta, se disimula". Entonces ¿Hay algo o no hay algo detrás del fenómeno, de la manifestación hombre y de su hacer, de su arte?, o ¿Es el fenómeno mismo el que se encubre, se oculta, se disimula?"
  7. Las obras de arte por su significación sustantiva son muy diversas (música, pintura, escultura, poesia, teatro), es decir en su propio desarrollo histórico han sido utilizadas por diversas corrientes (realismo, surrealismo, expresionismo…) que han alejado aun más sus límites de comprensión estética. El mismo desarrollo histórico de las escuelas o corrientes del arte buscan de algún modo la explicación sustantiva de las obras de arte, en oposición de un arte adjetivo (no esencial) en donde aquel es confundido con otras manifestaciones culturales (militares, políticas…). Solo por medio del conocimiento de disciplinas artísticas se podrá alcanzar las ideas que de ellas emanan y poder hacer una filosofía del arte, entendiendo esto, como aquella disciplina que se encarga del pensamiento y creación del arte, así como de la teoría estética o la ciencia de lo bello.
  8. El problema que nos aborda nos es más extenso que la estética misma, que también es denominada la filosofía o teoría del arte, es más que la percepción de la belleza y la fealdad. El problema abarca el conocimiento, la verdad y lo útil.
  9. Por su parte la estética nos proporciona un pensamiento reflexivo que se plantea si las cualidades están de manera objetiva en las cosas, o en la mente del sujeto; su finalidad es mostrar si los objetos son percibidos de un modo particular o si estos poseen por si mismos cualidades estéticas.
  10. Ahora bien hemos manejado la problemática hacia el origen del conocimiento que puede ser abarcable al origen o esencia del arte y este modo, hacerlo más comprensible que simplemente preguntarse que es la belleza. Pero cuestionémonos acerca de la verdad, que es otro problema de la filosofía ¿esta puede manifestarse en la obra de arte, la existencia de una verdad no conceptual y predicativa? Tal "sentido" correspondería a la "obra de arte" y tendría, como Gadamer lo dice o insinúa repetidamente, cierta similitud con la "idea estética" kantiana, aún cuando ésta, no tiene absolutamente nada que ver con "conocimiento" o "verdad. En tanto que Kant nos dice sobriamente que la "idea estética" es una "representación de la imaginación" la cual nos "suscita muchos pensamientos", Gadamer no rehúye el patetismo de decir que la obra "se dirige a nosotros" y "exige una respuesta" - de hecho, que "demanda aprobación". Y quizás sin caer en simplismos, la verdad en este sentido sea más amplia, la verdad como manifestación de algo que puede ser comprendido, no como una verdad absoluta, sino como una verdad que pueda ser reconocida.
  11. Si seguimos la línea de estos planteamientos, llegamos que en la cosa, en lo existente, la esencia de algo es su ser útil, lo que hace que una cosa sea, y por lo tanto la verdad de esa cosa. En la obra de arte se pone en operación la verdad del ente: “la obra no se trata de la reproducción de los entes singulares existentes, sino al contrario de la reproducción de la esencia general de las cosas”.
Ejemplo sobre un arte no representativo:

(Una obra arquitectónica, como un templo por si solo no representa nada).

…el brillo y la luminosidad de la piedra aparentemente debidas a la gracia del sol, sin embargo hacen que se muestre la luz del día, la amplitud del cielo, lo sombrío de la noche. Su firme prominencia hace visible el espacio invisible del aire. Lo inconmovible de la obra contrasta con el oleaje del mar y por su quietud hace resaltar su agitación…

  • Para Heidegger, la obra elevada sobre sí misma abre un mundo y lo mantiene en imperiosa permanencia. Ser obra significa establecer un mundo, en donde mundo no es el mero conjunto de cosas existentes contables o incontables, conocidas o desconocidas. Mundo es un camino inobjetable del que dependemos.

Pedro Abraham