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sábado, 2 de mayo de 2009

Utopía de Tomás Moro


La isla de utopía, antes llamada Abroxa es un país, que vive según sus propias reglas, que son pocas y claras, respetando a los demás pueblos, viviendo de la mejor forma, a diferencia de los pueblos occidentales. Ya estas tenían una experiencia de mil años atrás, que garantizaban la buena formación de sus instituciones. La historia que nos cuenta Tomás Moro, comienza en una plática con Pedro Guilles y un viajero llamado, Rafael Hitlodeo. Éste nos cuenta como los príncipes de ahora (en su tiempo) se dejan llevar por la codicia y los malos consejos de sus legisladores, buscando la propia riqueza en vez de la riqueza del pueblo. Su mal elaborados planes de economía para el pueblo, que debiera sustentarse con la agricultura, el arrebato de tierras y su mala distribución llevan al fracaso a sus propios pueblo. Las malas leyes, que juzgan de igual cualquier ilícito con la intención de evitarlos, sólo agravan más la situación, no son capaces de ver que un castigo justo puede componer las ofensas. Estos príncipes abogan por la pena capital, no reconociendo el valor supremo de la vida.

Moro, cuestiona a Hitlodeo, el porqué no aconseja a los príncipes, respondiendo éste que como tal ambición los ciega sólo ven lo que quieren ver, y no se prestan a escuchar las buenas razones. Cada vez que lanza una crítica, Hitlodeo trae los ejemplos de la forma de vivir en la isla de utopía. En este país existe una lengua común y unas leyes iguales para todos, su capital es Amauroto en donde radica el senado, que es elegido por todos los ciudadanos que ahí habitan. La ciudad se sustenta así mismo distribuyendo el trabajo entre todos los ciudadanos, de los cuales cada uno trabaja 6 horas diarias; si todos trabajan aun con poco tiempo, este se distribuye de tal manera que es suficiente para hacer sustentable al pueblo. La actividad básica es la agricultura, pero en su tiempo libres los ciudadanos se dan a la tarea de aprender otras actividades, el ocio no es bien visto. La holgazanería y los juegos de azar no existen, solo los juegos que desarrollan la inteligencia, que son dos, se dedican de igual modo a las actividades culturales y al arte de la guerra. Otros principales oficios son la carpintería, la herrería, el tejido, siendo los productos factor de intercambio, que no pide nada, que dá pero sabe que no necesita, por que todo le es dado. El dinero no existe, la riqueza no se amaza, esta existe sólo cuando se siente el peligro y la inseguridad de la propia existencia, pero ante la garantía de un sustento de parte del gobierno, los ciudadanos no necesitan más que lo necesario. La tierra no es una propiedad personal es colectiva, se da para trabajarla y la gente intercambia parcelas para habitar cualquier casa, de este modo se demuestra que todo lo que hay es del pueblo. La relaciones entre las personas o matrimonios se dan después de los 18 años en las mujeres y cuatro años después en los hombres; el adulterio o las relaciones premaritales son prohibidas, esta se castigan con la esclavitud y si existe reincidencia con la pena de muerte. Con respecto a los esclavos los hay voluntarios, como los que vienen de otros países a servir a la gente, no son tratados como cuales, le son proporcionadas todas sus necesidades y se pueden ir cuando lo deseen. Los prisioneros de guerra no son tomados como rehenes y luego de un tiempo son perdonados. Lo que cometen algún ilícito y después de un tiempo demuestran buen comportamiento reingresan a la actividad directa de la ciudadanía. En este país no se comete el error de conquistar otros países para así no descuidar el propio, el príncipe no saque a su pueblo, por que sabe que un príncipe no vale más por rico que sea, sino que vale más cuando su pueblo es rico; pero estas riqueza son producto de que nadie y todos sean dueños de lo que exista. Menciona que la propiedad es lo que hace ambiciosas a las personas y es el mal de todo, en cambio el colectivismo y el sustento entre todos con sus aportaciones enriquece. La satisfacción de los placeres superiores o sea los del alma son los mejores, los de la naturaleza sólo se satisfacen cuando se sienten, como el tener sed o tener hambre. Se les enseña a los ciudadanos a menospreciar las riquezas, y aunque directamente no las conozcan, no las deseen pues todo les es proporcionado. Ni la ambición de la conquista ni la posesión de riquezas les atraen. Si bien, cuando lo necesitan hacen intercambio de sus productos restantes con sus países vecinos, para buscar lo necesitan, ya sea oro u otro material; pero este oro no lo cobran si no lo creen necesario, un ejemplo es cuando existe un peligro de guerra el oros es utilizado para comprar protección. A pesar de no ser un pueblo guerrero, se preparan con el arte de la guerra, pero en cuando puedan evitarla la batalla y ganarla mediante la diplomacia el triunfo es mejor. Rara vez se enfrentan a sus enemigos, pues contratan a otros pueblos para que peleen por ellos, por lo cual son recompensados, a veces sólo lo hacen para ayudar a pueblos oprimidos. Tal pueblo no existe en occidente, pues ellos, los utopos se rigen por pocas leyes y claras para que sean entendidas por todos y respetadas, en cambio en occidente existen muchas leyes que ni siquiera se recuerden que existan lo que implica que no se respeten y mucho menos se conozcan.

Ciertamente es difícil la existencia de un país así, pero eso no implica su inexistencia como ideal. Se presenta como tal, pero se busca alcanzar, tantas críticas ya oídas sobre el tema, que es mejor lo que se presenta como real, que las soluciones sólo se pueden dar de lo que es, pero por que no mirar hacia adelante: un ideal sirve para vislumbrar. Desde el momento que se comienza la lectura nos podemos dar cuenta que es una crítica a la organización política y social, ocasionada por las desigualdades sociales. Los pueblos se mueren mientas los príncipes se hace más ricos, eso me trae a colación el país que si existe, el nuestro. Pero en fin, queda demostrado una vez más a modo de una historia, para muchos inalcanzable y para otros, como para mí, la esperanzadora posibilidad que tal país pudiera existir. Este tipo de escritos utópicos nos proporciona la visión de lo malo que ocurre y la necesidad de un cambio, de un cambio que aparece como posible. Lo malo es que no nos enseña como se logra tal cambio, si en ese cambio hubo guerras, si ante tal cambio hubo oposiciones, el país se presenta cuando ya ha logrado la perfección. La confianza en el hombre se demuestra ante el respeto y la tolerancia hacia los otros, el mayor ejemplo es la religión. Es de entenderse también en la confianza humana, que la guerras que pudieron haberse dado, llevaron al hombre a la comprensión de que ellas sólo lo llevarían a la destrucción, por lo que son frenadas para la propia supervivencia, a modo de una valoración cultural expuesta en las necesidades históricas de su pueblo, mostradas como una moral del deber ser. Sin embargo, podría ser que si tal país existiese tendría que serlo pequeño, de otra manera se me hace difícil, la distribución de los pueblos y una lengua en común. Al fin y a cabo utopía sabia que tenía que ser pequeño, que no podía anexar más territorios, que no podría sustentarlos lo que los llevaría a su propia ruina.

De nuevo, hay que hacer el mismo proceso que se hace con los demás autores, mirar su contexto y ver el adelanto de su pensamiento, recordemos que esta obra y su autor son precursores de un humanismo. Su misma concepción de libertad del hombre, aun más cuando eran oprimidos le da valor a su pensamiento que no traicionan. Tomás Moro de alguna manera se da cuenta que las leyes morales religiosas o las que se dan de manera legal, no son suficientes para regular la conducta humana que están son sometidas a los interés de unos cuanto, de esto no se salva la religión, pues son los hombres quienes dictaminan que es justo o no, y hacen de divino lo que consideran. En la utopía no importan tanto las leyes o sus contenido sino como se dan, o sea la forma. La protección que gira en torno a ella, la benevolencia del príncipe, la educación de sus ciudadanos, el seguimiento de una ley natural y el respeto a la vida, aunado a su organización y distribución de las riquezas naturales, hicieron de Utopía un lugar posible.

Probablemente en la actualidad, éste tipo de países son los que vayan en contra del capitalismo, solo existan unos cuantos países: casos como Suecia u Holanda. Que su economía es estable y todos son de clase media alta. Pero en los países ricos en naturaleza y pobres de atudominio, tanto por ignorancia como por imposición, se hace difícil conseguir ciertos logros, aun el mínimo. Sin embargo, esta obra me hace reflexionar en el sentido moral tan ligado a las leyes, en el término justicia que significa dar a cada uno lo que merece, o en la máxima Kantiana: Obra de tal modo que desees que tu actuar se torne un principio universal.