La nada contradice la existencia de lo contingente, lo que es ha sido, dejo de ser. Pero ha provenido del ser, y no de la nada. Pues al dejar de ser, nada es. Aunque en el ser se pueda hablar de una trascendencia, éste ha hecho o causado algo. Si algo es, es producto del ser, no del no ser. Así podemos hablar de seres necesarios, pues no todos los seres (entendidos como entes) son causados, es decir no pueden o pueden no ser, es decir alguno “ha de ser de tal modo que no pueda no ser”. Aunque afirmar que todo necesariamente pueda ser únicamente, es caer en un absurdo, pues hablaríamos de la permanencia en el tiempo, en el infinito, de lo que siempre a existido, y como tal son seres incausados. Permanentes, provenientes de la nada, o de nada anterior a ellos. Es así que la experiencia nos demuestra que hay seres necesarios y otros transitoritorios, contingentes.
Ante tales cuestiones, el ser se toma como problema, el ser es problema y también un problema del ser. Todo fundamento es quitado. El Nihilismo es su máxima expresión, vivir sin fundamentos eternos. El ser se hace una mera ilusión, de un movimiento unidimensional, lineal. Un movimiento aparente que lleva a la nada. Un recorrido hacia atrás o hacia delante. Eso no que quiere decir que el ser no exista, nos es imposible. El fluir es la respuesta. El ser, que se autoafirma en cada cambio. Que no se pierde, que se mantiene como sustento de sí mismo. Conciencia de sí. Cogito ergo sum.
La nada está presente en el ser (la nada como determinación del ser), como ausencia de éste, porque sin aquella (el Ser) dejaría de ser, más no existe mientras que el ser y nada se den separados uno y otro. La forma de conocer nos dice que afuera del ser está la nada.
¿La nada es origen de algo? La nada no es, no se puede hablar de una identidad ¿Hay algo fuera de la nada? Todo lo que existe. Por lo cual la causa, que necesariamente ha de admitirse, de la realidad cambiante sólo puede ser inmutable.
¿Del ser a la nada? De los seres contingentes si. Y aun así sólo dejaron de ser. La nada no puede ser causa de algo. Ni siquiera de si misma, pues seria causa de nada. Y ninguna causa puede tener menos ser que el efecto. El ser es el fundamento único y constitutivo de los entes, entendido esto como: aquello sobre lo que algo se apoya o construye, en tal sentido es también algo que determina.
El ser, como fundamento de todo, propugna un sentido ontológico, y vital. El sentido ya no se torna un azar. El ser cumple sus funciones en acto según sus potencias. El problema del ser no es más problema, que la afirmación de la nada. La nada no es fundamento ni de ella misma. Quizá sólo sea una herramienta para el conocimiento, aunque la palabra no signifique algo y aunque nunca conozcamos esa experiencia. El ser se muestra como la única verdad de todo lo existente ¿Qué sería la verdad sin sentido? Ya no preguntemos ¿que sería la verdad sin ser?
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